Llamamos puerperio o cuarentena al periodo de recuperación que toda mujer debe tener después de dar a luz (vía vaginal o cesárea). Durante el mismo, ocurre la restauración del útero y una adaptación paulatina del organismo a sus más recientes cambios.
Para comenzar, se experimenta un sangrado parecido a la menstruación que disminuye progresivamente mientras va cambiando de color, pasando por tonos similares al rojo, marrón y luego amarillo. Es normal que este síntoma dure de 20 a 40 días. Tras el parto, indudablemente pasarás por a algunos cambios, tanto físicos como emocionales.
Físicamente, sería posible que experimentes:
- Pechos sensibles y dolorosos al tacto. Especialmente cuando ‘suba’ la leche, causando congestión en el área y dolor o molestia en los pezones durante varios días. En caso de ser insoportable, puedes consultar con tu ginecólogo la ingesta de paracetamol 500 mg tres veces al día. Eso sí, antes de la toma, se aplica alternamente calor y paños fríos sobre la zona mamaria para después vaciar los pechos ayudándote del tiraleche. Para el cuidado de las mamas, es preferible utilizar sujetador de algodón y por las noches dar un pequeño masaje al pezón y areola con aceite de oliva rebajado con agua y usar alguna crema para prevenir las grietas.
- Estreñimiento y hemorroides. Es posible tardar varios días en ir al baño, lo cual resulta doloroso a causa de hemorroides sensibles, la cicatriz de la episiotomía y/o los músculos perineales doloridos. Alternar los baños de asiento tibios con compresas frías puede ayudar a mejorar las hemorroides; también puede ayudar el hecho de sentarse en un cojín inflable.
- Episiotomía. Si hubo desgarro en el perineo (área de piel entre la vagina y el ano) o el médico lo cortó durante el parto, los puntos pueden hacer que caminar o sentarse sea doloroso hasta que los puntos cicatricen; los puntos también pueden doler al toser o estornudar durante el periodo de cicatrización. Si ese es el problema, en ocasiones será preciso ingerir algún analgésico. Los puntos se caen solos, pero hay que tener presente:
- Lavarse dos veces al día con agua templada y algún jabón específico.
- Después del lavado, secar cuidadosamente con gasas.
- Aplicar antiséptico (Mercromina o Cristalmina) y luego una compresa normal (evitar el uso de tampones vaginales).
- Se pueden utilizar cicatrizantes como óvulos vaginales para acelerar la curación de la herida.
- A veces alivia utilizar el secador con aire frío o bien aplicar hielo, de forma intermitente (poner una botella pequeña de plástico aislada en el congelador y envolver en un paño o toalla).
- Procurar mantener la menor humedad posible.
- Sofocos/escalofríos. La adaptación del cuerpo a las nuevas concentraciones hormonales y niveles de flujo sanguíneo puede alterar el termostato interno de la madre.
- Incontinencia urinaria y/o fecal. Es normal que el parto haya provocado una distensión de los músculos, lo cual desencadena el escape de un poco de orina al toser, reír o hacer esfuerzos, así como pérdida de control de la defecación, sobre todo si se tuvo un parto vaginal largo.
- Entuertos. Aún después de tener al bebé, el útero se seguirá contrayendo durante un par de días. Estas contracciones son más notorias cuando se está amamantando o si se toman medicinas para contrarrestar el sangrado vaginal.
- Peso. Probablemente el peso de la convaleciente disminuirá entre 5 y 6 Kg (restando el peso del bebé, la placenta y el líquido amniótico). Igualmente, el peso adicional en agua se irá perdiendo durante la primera semana a medida que el cuerpo recupera su equilibrio.
Emocionalmente, es posible pasar por:
- La tristeza posparto. En muchos casos se reporta irritabilidad, tristeza, llanto o ansiedad durante los primeros días posteriores al parto. La tristeza posparto es muy común y se presume está relacionada tanto con los cambios corporales, hormonales y con la transición emocional que acompaña al cambio a rol de madre y la necesidad de adaptarse al bebé. Este síntoma suele desaparecer en un lapso de 1 a 2 semanas.
- La depresión posparto (DPP). Más grave y duradera que la tristeza posparto, afectando entre al 10% y el 15% de las nuevas mamás y puede reflejarse con cambios en el estado de ánimo, ansiedad, sentimientos de culpa y tristeza persistente. Es posible diagnosticar depresión posparto hasta un año después del nacimiento del bebé y más frecuente en las mujeres con antecedentes personales y/o familiares de depresión y que están expuestas a múltiples factores de estrés.
Cuidados generales durante la cuarentena después del parto
- Beber de 8 a 10 vasos de agua al día y tratar de dormir cada que sea posible.
- Guardar reposo moderado durante 10 días y no realizar actividades domésticas pesadas, sobre todo si el parto ha sido vía cesárea.
- Mantener vigilada la temperatura corporal (de preferencia medir por las tardes) y llamar al médico en caso de ser mayor a 37,5ºC por más de dos días.
- Llevar una alimentación sana, variada y rica en proteínas (carnes, pescados, leche…), frutas y verduras ricas en fibra, evitando alimentos picantes, especias y vinagres, y de grasas animales (tocino, embutidos, etc.).
- En ocasiones, es necesario ingerir algún complejo vitamínico, hierro o ácido fólico, especialmente si se está amamantando.
- Es recomendable utilizar una faja abdominal de compresión moderada y paulatinamente comenzar a realizar ejercicios suaves para que los tejidos vuelvan a la normalidad.
- Evitar las escaleras y/o levantar peso hasta que el médico de el visto bueno.
- No conducir hasta poder hacer movimientos rápidos y ponerse el cinturón de seguridad sin que ello cause molestias.
- Si la herida de la cesárea se pone roja o se hincha, llamar o acudir al médico.
Al cuerpo de una embarazada le costó varios meses prepararse para dar a luz, igualmente necesitará un tiempo para recuperarse. Aunque sobreponerse de los síntomas post parto parece complicado, con el tiempo vale totalmente la pena pues gozarás de salud y bienestar para concentrarte en disfrutar a tu nuevo bebé.